Un año después de que el gobierno neerlandés comenzara a tomarse en serio las quejas sobre la integridad de sus urnas electrónicas (
cosa normal, viendo que hasta las hackearon para jugar al ajedrez), ha dado marcha atrás, retirándolas inmediatamente. A partir de hoy, ya no hay ni una sola urna electrónica hábil en el país, por lo que los ciudadanos de los Países Bajos deberán volver al fiable lapicero rojo que llevan empleando desde hace años.
La decisión en cualquier caso es solamente una recomendación que ha sido aceptada por el secretario de estado responsable. Dentro de dos meses, el gobierno revisitará el tema para en palabras oficiales "volver a ganar la confianza del público en nuestro sistema de votación". Vamos, que no se amilanan.
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