El grimoso robot en cuestión tiene el tamaño aproximado de una mano, y se desplaza utilizando una técnica conocida como "jamming". Este propuesto cambio de estado es capaz de convertir cuerpos blandos en sólidos al retirar de su interior los gases que hacen de relleno; un fenómeno utilizado en los alvéolos internos de Chembot para cambiar de forma e incluso permitirse una cierta movilidad sobre el suelo.
Si quieres echar un ojo a esta criatura, tienes un vídeo demostrativo tras el salto.