Dando prueba de que cuando el Diablo se aburre mata moscas con el rabo, varios empleados de Toyota Industries formaron en 2006 un club para desarrollar coches a aire comprimido en sus ratos libres, siendo el Ku:Rin su última y más exitosa creación. Este afilado ¿deportivo? de 3,5 metros de largo y sólo 0,8 metros de ancho rompió el pasado 9 de septiembre el récord de velocidad para un vehículo de este tipo, al alcanzar una punta de 129,2 km/h.
Es necesario explicar que no basta con abrir la espita del coche y dejar que salga disparado como si fuera un globo sin atar; el Ku:Rin dirige el aire en expansión de sus bombonas a un compresor modificado, que lo usa como vector para generar energía mecánica... durante 3,2 km. Eso es, con coma en medio.
Acostumbrados a los motores de explosión, el Ku:Rin no parece gran cosa, pero ha bastado para meter a Toyota una vez más en el libro de los récords (ya tiene unas cuantas entradas...), y de paso, nos deja con el singular vídeo que tienes a continuación. Atento al sonido del aparato.