iPod nano
Sin duda todo lo que no ofrece de nuevo el iPod shuffle, lo hace el iPod nano. La séptima generación de este reproductor ha dejado de lado las proporciones cuadradas con las que
nos sorprendió a todos en 2011 para volver a apostar por el dibujo rectangular y, por ende, por una pantalla más grande.
El nano 7G aterriza así en nuestra mesa de análisis con un panel de 2,5 pulgadas de tipo multitáctil -cuyo cristal sobresale discretamente sobre la superficie de la carcasa-, bajo el que se introduce el botón de Home de la firma -por primera vez en un nano-, de cómoda y buena pulsación. El dibujo por tanto que tenemos ahora es de un dispositivo marcadamente alargado en el que la pantalla cobra mucho mayor protagonismo.
Su lateral derecho -visto desde el frente- queda totalmente desnudo, mientras que el izquierdo es el lugar elegido para la colocación de los controles de volumen. En la zona superior se aloja la tecla de encendido/bloqueo y en la inferior se emplazan el puerto de 3,5 mm y el conector Lightning, que por supuesto no podía faltar en la nueva remesa de iPods de la casa. Su espalda es de un acabado mate muy suave (
similar al del
iPad mini) y en ella sólo encontraremos el logo de la manzana, la inscripción de 'iPod' -ambos de efecto brillante- y toda la retahíla de inscripciones y permisos varios de regulación.
En la mano se siente ridículamente ligero. El nano 7G pesa sólo 31 gramos, cuenta con un grosor realmente delgado (5,4 mm) y ocupa muy poco en la mano, por lo que la sensación de ligereza está continuamente presente durante su uso. Quizás esta levedad no hace buena combinación con la suavidad de su carcasa, y es que este combo puede provocar la impresión de que se nos va a resbalar de las manos más fácilmente.
Si tuviéramos que señalar su mayor defecto a nivel anatómico, sería tal vez la ausencia de la pinza trasera (algo que sí ofrecía su generación previa). Siendo tan pequeño y ligero, hubiera sido deseable que siguiera presente para agarrar donde deseemos sin miedo a perderlo o que se nos caiga –podrías llegar a llevarlo en el bolsillo del pantalón y no notar que se te cae, por ejemplo-. De querer llevarlo contigo, tendrás por tanto que llevarlo en un bolsillo, en la mano o hacerte con alguna funda especial que incorpore la añorada pinza, no son muy abundantes, pero existir, existen.
En cuanto a su interfaz, muy comentados han sido su rediseñados iconos, ahora de tipo redondeado en lugar de cuadrado. Más allá de una cuestión personal sobre su estética –puestos a elegir nos convencía más la versión previa-, la interfaz sigue siendo similar a la del nano 6G, ofreciendo acceso rápido y directo a las principales funciones del equipo: Música, Vídeos, Fitness –integrado con Nike+ para el registro de nuestras caminatas o carreras-, Podcasts, Fotos, Radio, Reloj y Ajustes.
Al igual que pasa en iOS, también aquí podremos dejar el dedo pulsado para mover los iconos, reorganizándolos como queramos; y manejarnos por sus menús sigue sin tener ningún misterio, manteniendo el mismo aspecto a la hora de organizar el contenido. De la misma forma, podremos movernos entre las distintas pantallas con solo deslizar el dedo hacia la derecha o izquierda.
Para tener una mejor sensación de experiencia, es necesario contar también con una pantalla que cumpla con lo esperado. Como apuntábamos con anterioridad, el nano 7G ofrece un panel de 2,5 pulgadas, con una resolución de 432 x 240 píxeles que logra una calidad de imagen aceptable para el tipo de producto que buscamos. Su sensibilidad también resulta buena, con una óptima respuesta a los mandatos de nuestros dedos, y su formato 16:9 resulta cómodo para la visualización de contenidos (tanto foto como vídeo).
Cabe señalar la presencia ahora de Bluetooth 4.0, hasta ahora ausente en esta línea, así como de radio FM, algo que por ejemplo se echa en falta en el previamente comentado shuffle. El puerto Lightning es también una novedad en esta generación, que, al igual que sus hermanos iPhone y iPads, apuesta por los 8 pines que tanto revuelo montaron en su momento. Lo cierto es que para los que cuenten con algún tipo de equipo que haga uso de los anteriores 30 pines, la propuesta manzanera debe hacerles de todo menos gracia, sin embargo, al mismo tiempo también hay que saber valorar que el nuevo conector ocupa menos especio que su antecesor y que se encuentra más acorde con el diseño del esbelto reproductor.
En un equipo de tan pequeñas dimensiones, la batería es sin duda un aspecto a tener en cuenta. Apple apunta que el nano es capaz de aguantar 30 horas de reproducción musical con carga completa y, efectivamente, el pequeño equipo de la casa logra aguantar más de un día completo de uso sin necesitad de carga. Evidentemente estos números se reducen cuando hablamos de la función radio, en cuyo caso hemos encontrado que el nano puede arrojar unas 9 horas y media de uso.
El iPod nano puede adquirirse en un único tamaño, 16 GB, a un precio de 169 euros.