Starbug, creador del hack, ha utilizado para ello una técnica detallada en 2004 para engañar lectores de huellas mucho menos sofisticados que el de Apple. De forma más concreta, para engañar al sensor es necesario una fotografía de una huella dactilar del dueño del teléfono tomada de una superficie de cristal a 2.400 DPI (nos preguntamos si sirve la propia pantalla del teléfono), para posteriormente imprimirla a 1.200 DPI usando una impresora láser y crear una película de látex con el relieve de la huella original. No se puede decir que sea una solución tan elegante como los gadgets de Ethan Hunt o James Bond, pero lo que le falta de sofisticado lo tiene de económico.
Vídeo tras el salto.
The hardest part about hacking #touchid was to get our hands on an iPhone
- Gerd Eist (@erdgeist) September 22, 2013
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