Esta nueva startup formada por antiguos ingenieros de ARM y MediaTek afirma haber creado el benchmark para acabar con todos los benchmarks, un software a prueba de trampas que podrá ser utilizado para analizar las prestaciones de los teléfonos con Android sin miedo a que sus fabricantes accionen el botón de turbo cuando nadie está mirando. GameBench se encuentra en fase de desarrollo y no será lanzada hasta el primer trimestre del año que viene, pero Engadget ya ha podido observar los resultados obtenidos por los HTC One y Galaxy S 4 en la versión beta. Es posible que te sorprendan.
El arma secreta de GameBench es la forma en la que mide las prestaciones de los teléfonos a analizar. En lugar de usar pruebas fácilmente predecibles por el teléfono y de corta duración, identificándose claramente a ojos del sistema como un benchmark, la aplicación se ejecuta de fondo mientras te diviertes con tu juego favorito, midiendo mientras tanto parámetros como el número de cuadros por segundo y la velocidad a la que se agota la batería. Mirando los datos obtenidos por el Galaxy S 4 y el One, es evidente que el smartphone de Samsung ofrece unas mejores prestaciones a nivel de procesamiento, aunque a cambio su rival taiwanés se beneficia de una mayor eficiencia energética. En benchmarks como la prueba T-Rex de GFXBench, el resultado hubiera sido prácticamente el mismo.
La puntuación final de las pruebas se obtiene usando un algoritmo especial que trata de equilibrar capacidad de procesamiento con autonomía. GameBench puede ser utilizado para hacer comparaciones 1:1 entre teléfonos, pero su puntuación combinada es uno de sus mayores atractivos. Por ejemplo, el Samsung Galaxy S 4 se ve penalizado al ejecutar Real Racing 3 por su elevado consumo de batería, que rebaja algunos puntos pese a acercarse más que el HTC One a los ansiados 30 FPS, mientras que el HTC One, a pesar de hacer un uso mucho más comedido de la batería en Minion Rush, ve caer su puntuación de forma notable ante su incapacidad de superar los 19 FPS. Una vez está todo dicho y hecho, el Galaxy S 4 se impone con diferencia sobre su gran rival.
De nuevo, aquí es donde se ve la importancia de tener un benchmark capaz de medir el rendimiento de nuestros teléfonos durante un uso real y cotidiano. Para GFBench no hubiera habido diferencia alguna. Después de todo, un Snapdragon 600 debería ser lo mismo en todas partes, ¿verdad? Bien, ya ves que eso no es exactamente así.
Sin querer correr el riesgo de usar ahora un único benchmark como vara de medir (algo que en Engadget no haremos por pura prudencia), la mera presencia de GameBench tal vez sirva para estimular a las compañías a ser más sinceras. Si en el peor de los casos los juegos terminan corriendo más rápidos para tratar de engañar a GameBench... al menos los resultados seguirán siendo más representativos.