Diseñado como un banco de pruebas para sensores, Cubli es un cubo metálico de 15 al que le ha sido conferida la capacidad de movimiento. Para ello cuenta en su interior con tres motores y otros tantos volantes de reacción, que cuando se detienen de forma brusca hacen que Cubli cambie de posición casi con violencia gracias a la fuerza centrífuga. Son pese a todo unos movimientos cuidadosamente medidos, hasta el punto de que el aparato es capaz de mantenerse en perfecto equilibrio sobre una superficie con un plano de inclinación variable. Parando un motor y luego otro, Cubli es capaz de "andar" volcándose de forma repetida sobre sus caras.
Más allá de la curiosidad que despierta en nosotros, Cubli no tiene grandes aplicaciones prácticas. Ni siquiera como cubo de compañía. Los ingenieros de la ETH creen que en el futuro su tecnología podría servir de base para crear robots capaces de explorar la superficie de otros planetas, pero por ahora deberemos conformarnos con su extraña presencia.
[Vía Huffington Post]