Las aplicaciones permiten, al igual que ocurre con la versión para iPhone, su descarga gratuita, aunque con ello, solo podrás visualizar documentos o dar presentaciones. En caso de querer modificar o crearlos, tendrás que hacerte con una suscripción a Office 365 o a la recientemente anunciada Office 365 Personal (que estará disponible en los próximos meses, recuerda), aunque antes, siempre puedes probar cómo funciona el invento con una prueba gratuita de 30 días en dicho servicio. Para iniciar sesión y recuperar tus documentos, tendrás que hacer uso de una cuenta OneDrive o SharePoint -no se permite el uso de otros servicios de almacenamiento en la nube que no sean los de Microsoft, ojo al dato-, o bien tener tus cosas almacenadas en el propio iPad, claro.
Lo mejor de este nuevo paquete es que Microsoft no se ha limitado a "estirar" las opciones disponibles en el iPhone sino que ha apostado por ofrecer nuevas funciones que sólo podrás encontrar en esta versión como por ejemplo la inclusión con la tablet de los llamados minigráficos, pequeños gráficos en una celda de una hoja de cálculo introducidos por la firma desde Excel 2010. Igualmente vas a poder tener en tu mano multitud de opciones de formato (colores, tipo de letra, etc.) y numerosas transiciones para PowerPoint, app esta donde existe ahora también un modo presentador en el que se puede escribir con el dedo en 'modo pizarra' o utilizarlo también como si fuera un puntero láser. Entre las pequeñas pegas, por contra, que se le puede encontrar -más allá de la "semi-obligación" de suscripción, claro-, tenemos por ejemplo la limitación a la hora de introducir imágenes en los documentos, algo que solo podrás hacer con las fotos que tengas en Carrete.